Ante una publicidad digital jaqueada por las prácticas de navegación de los usuarios, tenemos que empezar a ver con buenos ojos la receta del Content Marketing.
Un secreto a voces recorre el mundo del marketing online. Voy a decirlo con todas las letras: la publicidad digital está en plena crisis. Estamos ante el ocaso de los ya tradicionales banners y sus estrategias publicitarias. Así es como el círculo está roto: tenemos medios que buscan auspiciantes, auspiciantes que buscan campañas exitosas y usuarios que son inmunes a toda estrategia publicitaria digital tradicional, que por cierto en ningún caso tiene más de 10 años de existencia.
Aquí les paso algunos datos que alterna los nervios de más de un responsable de marketing: en general los usuarios no realizan ni un pixel de scroll sobre las páginas que visitan, esto es porque, como hacemos la mayoría, abrimos en el navegador una multiplicidad de páginas y en concreto apenas les destinamos a algunas unos segundos de interés.
El resultado es preocupante: adservers que cobran impresiones por usuarios que realmente ni notaron la existencia de los banners. Otra situación mucho más inquietante es la emergencia cada vez más masiva de adblockers, que termina por enterrar todo plan digital tradicional. ¡Los usuarios de internet tienen a la estrategia publicitaria parada de manos!
Ante este escenario desolador, una ventana se abre y deja entrar el calor de un tímido sol. El Content Marketing parece ser una alternativa solvente pero sobre todo prometedora.
No apto para que lo practiquen improvisados, retoma la idea de marketing como un “arte”, como nos lo define más de un especialista, y lo fuerza en todos sus aspectos.
Content Marketing para principiantes.
Para definir al Marketing de Contenidos claramente, hay que enmarcarlo desde un enfoque de tinte estratégico, donde el contenido es lo más valioso. Está destinado a un público específico y la información le es brindada de manera coherente y en el momento oportuno. Y todo esto de manera creativa, bajo la palabra clave que a esta altura estamos repitiendo: la apuesta está puesta en el contenido.
No hablo de publicidad directa o indirecta. Tampoco de un ofrecimiento comercial o promocional. Sino de contenido de real interés para el usuario, que no es especialmente publicitario sino más bien interesante para un lector-consumidor que es exigente y que busca informarse o bien comprender algún tema que realmente le interesa.Ante la mirada de un incrédulo, podría definir a estas acciones como paradojales: ¿es el Content Marketing el ejercicio de la publicidad no publicitaria? Y en este caso, ¿cómo es que se puede llevar a cabo? Aquí está el nudo de la cuestión.
Generar un contenido interesante con el que una marca pueda llegar a un usuario-consumidor y que le represente ganancias responde a un arte con un equilibro específico entre el uso de la creatividad, la argumentación y la innovación, que además puede ser el camino que busca el universo digital para reinventarse en este momento de crisis.
Todo esto bajo una premisa que por suerte, y mediante mucho sacrificio, ya aprendimos: el mundo digital no nos deja titubear sino experimentar, cuestionarnos lo que hacemos y estar dispuestos al desafío de un cambio permanente.